“El tatuaje invisible”, de Erick de Kerpel

“El  tatuaje invisible”  de Erick de Kerpel, fue presentado en la sala de lectura de Leo con el Once, con Miguel de la Cruz, en la librería Porrúa de Insurgentes Sur, y nos lleva a un viaje de una inesperada novela negra. – Por Helen LP.

¿Con qué me topé?

Observando la portada del libro “El tatuaje invisible”, veo una especie de “Bambi”, un venadito tierno y lindo, pero con un casco de astronauta (dibujo original).  Leo la contraportada y descubro en la descripción que se trata de una novela negra, sus protagonistas Emma, Samuel y el tercero en discordia “H”, un tatuador de Tlatelolco, van armando la historia.

– En un país en el que la violencia es un mal sistémico, un tatuador decide herir a una joven y marcarla de por vida.

Breve reseña “El tatuaje invisible”:

Emma y Samuel entran a un estudio de tatuajes en Tlatelolco y se topan de frente con alguien cuya perversión terminará por cambiar el rumbo de sus vidas. Este es un thriller de persecución, crimen e impunidad que muestra las cicatrices visibles e invisibles de nuestra sociedad. “El tatuaje invisible” refleja la ira y el dolor en todas sus caras. En él se reconocen las distintas formas de violencia que enfrentan las personas diariamente y cómo éstas reciben e infligen daño a la vez. Ese ciclo de crudeza humana, la búsqueda de autorreconocimiento y las batallas internas frente al libre albedrío, juegan un papel en el desarrollo de los hechos y las consecuencias sobre la vida de otros.

Antes y aún ahora, el estigma del tatuaje hacía referencia a delincuentes o adictos. Sigo leyendo y pienso: “Es la típica historia del chavorruco que se enamora de la morrita bonita y le cumple todos sus caprichos”, sin embargo encuentro que “H” es un wey resentido con su pasado, astuto, reservado, callado, porque la “H” es muda y … nunca se le ha marcado el cuerpo, la historia va más allá de ese primer pensamiento.

Tinta

Líquido para tatuar que compone de una base diluyente, como el agua destilada, un pigmento de origen vegetal y un aglutinante tipo glicerina. Suele tener un bajo porcentaje de alcohol.

Tinta es también la sustancia que se utiliza para imprimir historias.”

 

Así comienza la historia de Emma y Samuel en “El tatuaje invisible”,  personajes principales que nos llevan a sus mundos de dolor  invisible, buscando el equilibrio entre sus luchas y esperanzas. Más que una novela romántica es una historia de desamor, de ironías de la vida cuando crees haber encontrado a la persona indicada y el diablo se entromete (y todo chupa faros).

Novela de suspenso, crimen e impunidad.  Kerpel va diseñando cada situación que engancha al lector a un ritmo de no querer soltar el libro.

Tres sucesos serán la clave de esta historia :

Primero cuando los tres personajes se conocen en el estudio de “H” en Tlatelolco y por causas del destino, Samuel deja a la bella Emma con el desconocido tatuador (esta situación como lectora me hizo encabronar). Pero, para el escritor era necesario sino, se terminaba la historia.

Segundo, cuando Emma decide intercambiar el rol con Virginia, su gemela esquizofrenica y darle una lección al abusador de esta.

Tercero, cuando Samuel decide hacer justicia por su propia mano, pagando con su libertad ese impulso de venganza.

Narrativa sencilla e inteligente, cada capítulo empieza por explicar paso a  paso el proceso de un tatuaje, así como la secuencia de los sucesos, armando un rompecabezas. Igual que el diseño de un tatuaje tiene historia y queda plasmado en la piel para siempre, este libro tiene memoria.

Producir dolor para expiar el dolor, inyectar tinta para exprimir el veneno.”

Como dice Julián, personaje de Salvar el fuego:

“Las clase media y alta viven ahora tan protegidas a su existencia, que carecen de cicatrices. Y a falta de cicatrices se tatúan. También por eso la ropa nueva que compran está rota y con desgaste simulado, como si hubieran sido usada por años en trabajos duros. A estás generaciones les faltan heridas, calle y golpes.

Es verdad, llegó el momento de infligir unos trazos de realidad.”

 

Para los tatuadores hacer una cicatriz en el cuerpo es la historia de cada persona, algo que le marcó y le hizo más fuerte al dolor.

Lectura adictiva, como adrenalina: Están los que se tatúan para salvarse, pero también hay otros que al hacerlo firman su propia condena.”

Terminé de leer este libro con  una cerveza Ráfaga de Cervecería Hércules , una  Pale Ale turbia, amarga y extra refrescante con una buena carga de lúpulos cítricos y tropicales. Como el torbellino de está novela, historia trepidante e intensa.

 

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