
Angela Maxwell: la cervecera que recorrió el mundo a pie (Parte 2)
Para Angela, coach y cervecera amante de las IPA, no fue fácil dejar todo lo que había construido, incluida su cervecería “Crux” en Oregon, pero le bastó nueve meses preparar el viaje que le cambiaría la vida: 6 años y medio recorriendo cuatro continentes a pie.
Por Fernanda Bermúdez.

Dejarse llevar por un ritmo de vida relajado, sana el alma
Identidad Cervecera.- Angela, ¿hay lugares a los que te gustaría regresar?
Angela Maxwell.- Sí, Australia por ejemplo, es tan alejado de todo, me gusta estar conmigo misma, es lo que más disfruto, pero también volvería feliz a Nueva Zelanda o la isla Cerdeña, en Italia, donde la gente y su relajado estilo de vida me han sanado el alma.
I.C.- Caminar por cuatro continentes seguro requiere más que solo condición física…
A.M .- ¡Tal cuál! He descubierto que la parte más difícil de dominar son la mental y la emocional, porque el cuerpo sigue pero a la mente le cuesta, así que, aún en mis momentos de cansancio, encontré energía para bailar, ¡es interesante! Pienso que va de tener confianza en uno mismo, y no solo hablo de enfrascarse en la aventura de caminar por el mundo, hablo sobre iniciar un nuevo trabajo, planear un bebé, una vida en pareja, retos personales, profesionales etc., el miedo al fracaso estará ahí, pero cuando lo vuelves amigo, la carga de tu mochila se volverá ligera hasta desaparecer, se trata de caminar en nuestras vidas decidiendo cómo queremos hacerlo.
No confundamos el cansancio con rendirnos, siempre podemos retomar el camino, de otras maneras

I.C.- ¿Alguna vez pensaste en abandonar tu caminata?
A.M.- No, ¡soy demasiado necia! (ríe). Me sentí agotada, por momentos, no quise estar en el frío o en el calor extremos, muchas veces me pregunté ¿¡qué estoy haciendo aquí?! … pero solo tuve que voltear y encontrar un destello de alegría, de inspiración, de recordar mis propias razones para desear continuar con mi viaje, que ya en este punto, se había convertido en una sensación espiritual, de auto búsqueda y realización.
I.C.- Hoy en día sigues siendo coach, has sido conferencista en TED Talks, escritora, ¿qué sigue para ti?
A.M.- Me gustaría seguir viajando aunque dada la pandemia eso se ha complicado, por ello estoy enfocando mi energía a estar en casa, en Oregon, por un tiempo. He empezado un programa de coaching orientado a las mujeres que empezará en septiembre donde a partir de la experiencia del grupo que armemos de solo 15 mujeres, encontraremos nuevos caminos para re construir nuestras vidas, que las hagamos más satisfactorias y felices, es un proyecto que quiero replicar en diferentes países.
I.C.- ¿Hay alguna pregunta que se queda en tu tintero porque hasta hoy ningún periodista te la ha hecho?
A.M.- ¡Me siento feliz de que seas la primera! Sí, tengo la sensación de que los periodistas pasan por alto la verdadera razón de haber comenzado mi viaje a pie por cuatro continentes, porque resulta difícil de entender que es un tema que va más allá de la aventura. Para mí, fue un llamado espiritual, lo sentí tan fuerte que fui capaz de dejarlo todo para lograrlo. Yo era una amateur ¿sabes?, sin ninguna experiencia de caminar por el mundo sola, era una idea loca pero se sentía tan bien, tan profundo en mi corazón, solo sentí que era lo que tenía que hacer, y lo que realmente me gustaría que la gente se quedara de esta historia, es el aprender a escucharse así mismos, seguir sus propios llamados, esos impulsos que nos gritan hacia donde queremos ir, ya sea algo artístico, una aventura, el amor, ¡ser nosotros mismos!, porque siento que siempre somos “guiados” por el qué dirán, y dejamos de escuchar a nuestra propia voz, y desde ahí habría que partir para poder lograr ser congruentes con nuestro llamado y sentirnos bien bajo nuestra propia piel.
El fin de la travesía

A.M.- Después de seis años y medio mi aventura está completa, lo he logrado, recorrí cuatro continentes a pie, renové mi espíritu y de pronto estaba donde todo comenzó, en casa, en Oregon, donde lo primero que quise hacer, fue detenerme en una de mis cervecerías locales favoritas (McMenamins) ¡y beber una IPA para celebrar mi regreso!
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